A Dafne ya
los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
Este soneto
pertenece al renacimiento, y fue uno de los 38 sonetos que escribió Garcilaso
de la Vega. En el renacimiento se adoptan los modelos clásicos, es decir, los
escritores intentan imitar a los antiguos escritores grecolatinos y a los
italianos. Este soneto pertenece a la primera parte ya que lo ha escrito
Garcilaso de la Vega. El primer renacimiento se caracteriza por la
incorporación de de una nueva métrica, como los sonetos como en este caso,
introducidos por Garcilaso de la Vega.
Al ser un
soneto la estructura externa está compuesta por dos cuartetos y dos tercetos y
tiene rima consonante (ABBA ABBA CDE CDE).
Este soneto
ha sido escrito en la segunda parte de la vida de Garcilaso, en la que trasmite
un amor dolorido ante la pérdida de la amada. Cuando Dafne se convierte en
árbol se refleja que es un amor imposible, lo que causa dolor ya que sabe que
lo ha perdido.
En resumen,
Garcilaso fue el primer poeta renacentista español y el más importante de la
primera parte, y este soneto refleja claramente el estilo renacentista, en el
que refleja una actitud dolorida ante la pérdida de su amada.